5 oct 2009

Amazing Blondel




Hoy quiero dejar de lado, por un ratito, los códices y manuscritos. Les invito a escuchar un poco de música; este artículo ya lo había publicado en mi otro blog, pero igual quiero compartirlo con ustedes porque se trata de una banda inglesa de música folklórica con aires renacentistas. Y de paso amenizamos un poco el blog, no les parece?


Se trata de Amazing Blondel, una banda inglesa de folk progresivo acústico. Está compuesta por Eddie Baird, John Gladwin y Terry Wincott.


A veces se caracteriza su música como "psycho folk" o como rock folclórico medieval. Como ya había dicho al principio, es una música de base renacentista, incluso utilizando los mismos instrumentos de aquella época, como el laúd y la flauta dulce.


John Gladwin y Terry Wincott habían tocado en una banda “eléctrica” chillona llamada Methuselah (Matusalén). Cuando en 1969 dejaron la banda, comenzaron a trabajar en su propio material acústico.


Al principio su material se derivaba de la música folclórica, en sintonía con muchos otros intérpretes de la época. Pero no obstante comenzaron a desarrollar su propio lenguaje musical, influenciado en cierto punto por anteriores “revivalistas” como David Munrow, y por sus memorias de la infancia respecto a la serie de televisión “Robin Hood”, con su banda de sonido pseudo-medieval de Elton Hayes.


La banda recibió el nombre a partir de un personaje llamado Blondel de Nesle, músico de la corte del rey Ricardo I. De acuerdo con la leyenda, cuando Ricardo fue hecho prisionero, Blondel viajó por toda Europa central, cantando en todos los castillos para localizar así al rey y ayudarlo a escapar. El nombre le fue sugerido a la banda por un chef llamado Eugene McCoy, quien escuchó algunas de las canciones y comentó: “Oh, very Blondel!” y así comenzaron a usarlo. Luego se les pidió que agregaran un adjetivo (del estilo, por ejemplo, de The Incredible String Band), y así se conviertieron en “Amazing Blondel”.


Miembros de la banda


John David Gladwin y Edward Baird nacieron y se criaron en Scunthorpe, Lincolnshire; Terence Alan Wincott nació en Hampshire, pero luego se trasladó a Scunthorpe.


Todos ellos eran músicos excelentes. Gladwin cantaba y tocaba: guitarra de doce cuerdas, laúd, contrabajo, theorbo, cítara, tabor y campanas tubulares. Wincott cantaba y tocaba: guitarra de seis cuerdas, harmonium, flauta dulce, ocarina, conga, crumhorn (corno), órgano de tubos, tabor, clavecín, piano, melotrón, bongós y percusión. Baird cantaba y tocaba: laúd, glockenspiel, cítara, dulcimer (dulcémele), guitarra de doce cuerdas y percusión.


Instrumentos


Como ya vimos, Amazing Blondel utilizaba una amplia gama de instrumentos. Pero lo más importante para su sonoridad era el uso de los laúdes y las flautas dulces.


Al realizar giras artísticas, notaron que el laúd resultaba bastante difícil de ejecutar en un escenario (en términos de amplificación y afinación), y en 1971 encargaron la fabricación de guitarras de siete cuerdas, que podían tocarse en la misma afinación que los laúdes. El diseño y la construcción de de estos instrumentos estuvieron a cargo de David Rubio, quien fabricaba guitarras clásicas, laúdes y otros instrumentos antiguos para intérpretes clásicos (incluyendo a Julian Bream y John Williams).


El instrumento de Gladwin fue diseñado para tener un sonido ligeramente más bajo, y se utilizaba principalmente como acompañamiento; mientras que el de Baird tenía un énfasis un poquito más agudo. Los dos instrumentos funcionaban muy bien individualmente, pero también armonizaban increíblemente juntos. Además resultaron ser estables (desde el punto de vista de la afinación) para ejecuciones en el escenario. Finalmente, en las guitarras se incorporaron micrófonos internos para simplificar la amplificación.


Estilo musical


Es muy difícil de encuadrar. La mayor parte de su música fue compuesta por ellos mismos, pero se basaba en la forma y la estructura de la música renacentista. Por ejemplo, presentaban pavanas, galiardas y madrigales. A veces se la describe como “psycho folk”, pero posiblemente les hubiera molestado a los mismísimos miembros de la comunidad psicodélica y la folclórica. Terry Wincott la describía como “música pseudo-Elizabethiana/Clásica acústica cantada con acento británico”. Eddie Baird no tenía la menor idea.


Su música ha sido comparada con la de Gryphon y Pentangle; pero en realidad Amazing Blondel no capturó las influencias del rock (como Gryphon) ni tampoco del jazz (como Pentangle). También se los compara con Jethro Tull.


Para visitar su página: http://www.amazingblondel.com/


Algunos fragmentos musicales: el primero es "Cantus Firmus to Counterpoint", en la Catedral Lincoln, 1972.





Seascape (Amazing Blondel), Noruega, 2004.



Saxon Lady (Amazing Blondel)







21 ago 2009

Sobre la simbología del Diablo

Buenas noches queridos amigos,

Acabo de publicar un artículo sobre la simbología del diablo, pero lo he puesto en la sección "Codex Gigas". Naturalmente, pensé que el tema de la Biblia del Diablo se prestaba para profundizar más sobre la imagen simbólica del diablo, el macho cabrío, el infierno, en la pintura, en la literatura... Así que si lo desean, ya saben: pueden ir a la Sección Codex Gigas, en este mismo blog.

Lo que sí me gustaría aclarar, sin ánimo de herir susceptibilidades, es que se trata simplemente de un artículo en el que hablo (o intento hacerlo) del aspecto simbólico del diablo y sus representaciones relacionadas (macho cabrío, infierno, brujas, etc.). No es mi intención entablar discusiones teológicas, ni hacer cadenas de oraciones ni nada. No se enojen, pero quería aclarar esto.

Muchas gracias, queridos amigos, hasta pronto!!!!!

18 jun 2009

Physiologus



El “Physiologus” es una colección de narraciones con fines moralizadores, que utiliza como alegorías figuras de animales. Fue uno de los libros más populares de la Edad Media, apareciendo en la mayoría de las lenguas vernáculas de Europa, igual que en griego (su lengua original) y latín.

Fue la base de los posteriores bestiarios, que se agregaron a las existencias de historias y moralizaciones. Se escribieron muchas versiones, tanto en prosa como en verso. Algunas dejaron de lado las moralizaciones, mientras que otras se expandieron un poco más al respecto.

Como el verdadero autor del Physiologus griego no se conocía con exactitud, se lo atribuyeron a varios escritores griegos y latinos (de la Iglesia Cristiana) en la Edad Media, incluyendo a Epifanio, Pedro de Alejandría, Basilio, Juan Crisóstomo, Athanasius, Ambrosio, y San Jerónimo. Incluso llegó a decirse que algunos autores pre-cristianos, como Salomón y Aristóteles, habían escrito algunas de sus partes.

No se sabe con certeza cuándo y dónde fue escrito, aunque el consenso general admite que probablemente fue producido en Alejandría, en algún momento entre los siglos III y IV. La fecha se basa en las evidencias que se encuentran en el mismo texto y en otras fuentes de por lo menos el siglo V. El lugar se sugiere a raíz de los animales descritos, de los cuales muchos se conocían sobre todo en Egipto.

El texto original, en griego, contenía entre 40 y 48 capítulos. Lamentablemente no sobrevivió ninguna copia manuscrita del texto original; las versiones más antiguas que se conocen son traducciones en latín.

A lo largo de los siglos fue creciendo el número de capítulos. También cambiaron las bestias descritas, se añadieron algunas y se eliminaron otras. Obras de autores tardíos, como Isidoro de Sevilla (obispo del siglo VI-VII), y las de otros autores de textos enciclopédicos (muy populares en la Edad Media), se fusionaron con el Physiologus; el resultado fue un bestiario medieval de los siglos XII y XIII.

A menudo se traduce “Physiologus” como “el naturalista”, pero esto puede resultar un poco engañoso. El Physiologus no es una “historia natural”, del estilo, por ejemplo, de la obra de Plinio el Viejo, del siglo I, “Historia Natural”, o la de Aristóteles: “De Animalium”. La intención de estos autores era describir lo que se conocía como “naturaleza” en aquella época, para difundir el conocimiento objetivo. En cambio, el autor del Physiologus utiliza algunas descripciones de animales, que se encuentran en obras más antiguas, pero su propósito es diferente: las historias van a ilustrar el significado más profundo, el significado explícitamente cristiano, religioso, dogmático, alegórico, que se entendía estaba inserto en la naturaleza.

El Physiologus nunca tuvo la intención de ser un tratado de historia natural. Tampoco la palabra significa simplemente “el naturalista” (al menos como nosotros entendemos el término); sino que hay que interpretarlo en un sentido metafísico, moral, y, finalmente, místico, de la significación trascendente del mundo natural.
Fuente: The Medieval Bestiary

24 may 2009

Bestiario Medieval: El Pelícano


Pelícano
Nombre latino: Pelicanus
Otros nombres: Honocrotalus, onocrótalo

Imagen: Museum Meermanno, MMW, 10 B 25, Folio 32r




Atributos generales



Cuando los pelícanos jóvenes crecen, comienzan a atacar a sus progenitores en la cara con sus picos. A pesar de que los pelícanos sienten un gran amor por sus jóvenes, contraatacan y los matan. Después de tres días, la madre atraviesa su costado o su pecho y deja que la sangre caiga sobre las aves muertas, y de esta forma las revive. Algunos dicen que es el pelícano macho el que mata a los jóvenes y luego los reviven con su sangre.



Los pelícanos viven en Egipto. Hay dos clases: una vive en el agua y se alimenta de animales perniciosos como los cocodrilos y los lagartos; la otra clase, con un largo cuello y también un largo pico, emite un sonido parecido al de los asnos, cuando bebe (se llama “onocrotalus”). Algunos sostienen que estas dos clases se distinguen por otros atributos: la que vive en el agua se alimenta de peces, mientras que la que vive en las islas se alimenta de animales “sucios”. El pelícano tiene un hambre insaciable, su estómago no puede alojar comida por mucho tiempo: todo lo que come es inmediatamente digerido.



Alegoría/Moral



El pelícano representa a Cristo, a quien la Humanidad atacó al cometer pecados; el costado abierto del pelícano representa la muerte de Cristo en la cruz y el derramamiento de su sangre para revivirnos. El Bestiario de Aberdeen agrega que el hambre del pelícano significa que “… la vida de un ermitaño está modelada en base a la del pelícano, en el sentido que éste vive del pan pero no busca llenar su estómago; no vive para comer, sino que come para vivir”.



Fuentes (por orden cronológico)



Plinio el Viejo (siglo I d.C.) (Historia Natural, Libro 10, 66): los pelícanos tienen un segundo estómago en el cuello, donde las insaciables criaturas colocan la comida, aumentando su capacidad; más tarde, toman la comida de ese estómago y la pasan al estómago verdadero.
Isidoro de Sevilla (siglo VII d. C.) (Etimologías, Libro 12, 7:26): el pelícano es un ave egipcia que vive en la soledad del río Nilo. Se dice que [aquí Isidoro expresa una cierta duda al respecto] la hembra mata a sus crías y llora por ellos durante tres días, luego se hiere a sí misma y arroja su sangre sobre ellos para revivirlos. (Libro 12, 7:32): tiene un nombre griego (onocrótalos) por su largo pico; hay dos clases, acuática y solitaria.



Guillaume le Clerc (siglo XIII) (Bestiaire): El pelícano es un ave maravillosa que habita en las zonas cercanas al río Nilo. La historia escrita nos dice que hay dos clases, la que vive en el río y come nada más que peces, y la que vive en el desierto y come solamente insectos y gusanos. Hay algo maravilloso sobre el pelícano, nunca la oveja amó tanto a sus corderitos como la hembra del pelícano ama a sus crías. Cuando nace el hijo, los padres le dedican todo el cuidado y el pensamiento para nutrirlo. Pero los jóvenes pelícanos son ingratos, y cuando han crecido lo suficiente, están fuertes y seguros de sí mismos, atacan a picotazos a sus padres en la cara, y él [aquí es el macho], enfurecido por semejante maldad, los mata a todos. Al tercer día, el padre se acerca, profundamente conmovido, con mucha pena y dolor. Con su pico se hiere a sí mismo, en un costado, hasta que la sangre brota. Con la sangre lleva vida nuevamente sobre los cuerpos de sus jóvenes.



Ilustración



La ilustración de los pelícanos está altamente estandarizada, y se encuentra en una gran variedad de escenas, incluyendo manuscritos, esculturas, y tallas en iglesias, como los misericordios. La disposición de la madre pelícano y su cría se llama “el pelícano en su piedad”; consiste en la madre de pie ante sus polluelos muertos (o revividos), con la cabeza inclinada hacia abajo en una grácil curva, para cortar su pecho y gotear sangre sobre sus hijos. En algunas ilustraciones la madre arroja su sangre sobre los polluelos, o los polluelos se estiran para alcanzar las gotas de sangre que caen. Unos pocos manuscritos muestran la historia completa de la madre que mata a sus hijos y luego los revive.

Fuente: The Medieval Bestiary
véase el art. original en:
http://www.bestiary.ca/intro.htm

4 may 2009

Bestiarios


En la Edad media, las historias de animales eran inmensamente populares en toda Europa, el norte de África y Medio Oriente. La gente de aquella época, por supuesto, dependía de los animales domésticos y salvajes para su supervivencia, por lo tanto, tenía un interés obvio en los animales que la rodeaban. Pero es algo más que una simple necesidad de conocer a los animales que tenía y que usaba: hay un aspecto espiritual e incluso místico en los animales medievales.
El periodo medieval era intensamente religioso. En Europa occidental, la religión era el cristianismo; en el norte de África y Medio Oriente era principalmente el Islam. Los judíos y su religión se encontraban en todas partes, conviviendo junto con los cristianos y los musulmanes, que a veces los "toleraban", y otras veces no. A pesar de los frecuentes choques entre ellos, las tres religiones están estrechamente vinculadas y comparten muchos de los mismos textos espirituales e históricos. En particular, las tres consideran sagrada a la Biblia Hebrea (o gran parte de ella), llamada el Antiguo Testamento por los cristianos, que contiene muchas referencias a animales.

En el occidente cristiano, comúnmente se creía que el mundo natural, llamado "libro de la naturaleza", había sido organizado así por Dios para proporcionar una fuente de instrucción para la humanidad. Esta idea se basaba, al menos en parte, en versos bíblicos como por ejemplo el del libro de Job: Y en efecto, pregunta ahora a las bestias, y ellas te enseñarán; A las aves de los cielos, y ellas te lo mostrarán; O habla a la tierra, y ella te enseñará; Los peces del mar te lo declararán también. ¿Qué cosa de todas estas no entiende Que la mano de Jehová la hizo? En su mano está el alma de todo viviente, y el hálito de todo el género humano. (Job 12:7-10).
Se decía que los animales tenían estas características no simplemente por accidente; Dios los había creado con esos rasgos para servir como ejemplos para una conducta adecuada y para reforzar las enseñanzas de la Biblia. De la misma forma en que el pelícano revive a sus jóvenes muertos después de tres días con su propia sangre, Jesús "revivía" a la humanidad con su sangre después de tres días en la tumba. La forma en que la joven abubilla cuida de sus parientes mayores muestra cómo los niños humanos deberían cuidar a los suyos. Igual que las palomas están a salvo de su enemigo el dragón, siempre que se queden en el refugio del árbol peridexion, los cristianos estarán a salvo de su enemigo Satán mientras permanezcan en el refugio de la Iglesia. Como el águila rechaza a cualquiera de sus jóvenes que no pueden mirar inquebrantables al sol, Dios rechazará a los pecadores que no puedan soportar la luz divina. Toda la Creación , se decía, reflejaba al Creador, y solamente aprendiendo sobre el Creador uno podía estudiar la Creación.

Los animales habían sido descritos durante muchos siglos antes de la era cristiana, pero fue el cristianismo el que tomó las historias y las puso en alegorías religiosas. El primer texto conocido que lo hace es el "Physiologus", escrito en griego en Alejandría en el siglo II o tal vez el siglo III de nuestra era. Esta colección de animales tradicionales populares es explícitamente cristiana; describe brevemente a cada animal, y continúa con una interpretación alegórica cristiana. El "Physiologus" era un "best seller" que fue traducido a la mayoría de las principales lenguas de Europa y Asia occidental; se dice que fue el libro más ampliamente difundido en Europa después de la Biblia. A lo largo de los siglos aparecieron muchas variaciones del texto. El texto original del Physiologus, que describía menos de cincuenta animales, siguió evolucionando, acumulando más bestias y más interpretaciones morales. Alrededor del siglo VII, Isidoro de Sevilla escribió sus "Etymologiae", una enciclopedia con una parte sobre animales, derivada de libros de autores Clásicos, como Plinio el Viejo. Cuando el "Physiologus" se combinó con las "Etymologiae" y otros textos, nació el libro que se conoce como "bestiario".
El bestiario, o "libro de las bestias", es más que solo una expansión del Physiologus, aunque tienen mucho en común. El bestiario también describe a una bestia y utiliza su descripción como base para una enseñanza alegórica, pero al incluir textos de otras fuentes va más allá; y si bien todavía no es un "libro de texto de zoología", no es solamente un texto religioso, sino también una descripción del mundo como lo conocemos.

Los bestiarios manuscritos por lo general estaban muy ilustrados, a veces ricamente, como por ejemplo el Bestiario de Harley y el Bestiario de Aberdeen; las pinturas servían como un "lenguaje visual" para el público iletrado, que conocía las historias (los predicadores las usaban en sus sermones) y podía recordar las enseñanzas morales cuando veía a la bestia representada. Las imágenes de los bestiarios se podían encontrar en cualquier parte. Aparecían no solamente en los bestiarios, sino también en manuscritos de toda clase; en iglesias y monasterios, talladas en piedra adentro y afuera, y en madera en los "misericordios" medievales y otros muebles decorados; pintados en muros y trabajados en mosaicos, y también tejidos en tapices.


Esta abundancia de imágenes de animales a algunos no les gustó. San Bernardo de Clairvoux, en su "Apología" de alrededor de 1127, dice: "¿Qué beneficios hay en esos ridículos monstruos, en ese maravilloso y deforme atractivo, en esa atractiva deformidad? ¿Con qué propósito están esos sucios monos, esos feroces leones, aquellos monstruosos centauros, aquellos medios-hombres, los tigres rayados, los caballeros luchando, los cazadores tocando sus cuernos? Se ven varios cuerpos bajo una sola cabeza, o también muchas cabezas en un solo cuerpo. Aquí hay una bestia de cuatro patras con la cola de una serpiente; allí un pez con la cabeza de una bestia. Otra vez aquí el frente de un caballo arrastra por detrás media cabra, o una bestia con cuernos lleva los cuartos traseros de un caballo. En resumen, son tantas y tan maravillosas las variedades de formas en cada mano que estamos más tentados de leer en el mármol que en nuestros libros, y pasar el día maravillándonos de estas cosas en vez de meditar sobre la ley de Dios. ¡Por Dios! Si el hombre no se avergüenza de estas locuras, por qué, por lo menos, no se ahorra el gasto?"

Las ilustraciones medievales por lo general no son "realistas"; en muchos casos, el artista tal vez nunca había visto un ejemplar de tal bestia, incluso de las que no eran fabulosas. Así que los ilustradores medievales europeos a menudo dibujaban un cocodrilo como una bestia parecida a un perro; la ballena era un pez grande, a escala; la avestruz con pezuñas, y muchas serpientes con patas y/o con alas. Para dibujar un animal desconocido, el ilustrador se basaban en descripciones escritas o en otras ilustraciones o grabados que había visto. Muchos manuscritos tienen pinturas muy particulares de animales debido a la absoluta falta de habilidad del ilustrador, quien podría haber sido el monje más artístico del monasterio, pero no era un artista en serio. Otros manuscritos sólo pueden ser descritos como obras de arte, con magníficas pinturas en varios colores, con un abundante uso del dorado (oro).


Cuando se trata de animales fabulosos, como el unicornio, el dragón o el grifo, el ilustrador no tenía más remedio que seguir las descripciones de pinturas o descripciones anteriores. El hecho de si las personas de la Edad Media creían o no en la existencia de estas criaturas, es bastante discutible. Algunos lo creían, plenamente (como lo hacen todavía hoy en día), mientras que otros las reconocían como producto de la imaginación humana. En el caso de las criaturas fabulosas mencionadas en la Biblia (como los unicornios y los dragones), el problema se complica; si la Biblia es reconocida como la palabra verdadera de Dios, todos los animales mencionados tienen que existir, indudablemente. A esto hay que agregarle la dependencia medieval en, y la creencia en la veracidad de, los escritos de antiguas autoridades como por ejemplo Plinio y Aristóteles, quienes claramente dicen que estas bestias existen "en el Oriente" o "en Etiopía", donde otros proclamaban haberlas visto. En todo caso, si las bestias existían o no, no importa: eran tan adecuadas como vehículos de enseñanza moral y religiosa como los animales mundanos de los campos y los bosques europeos.

Una gran cantidad de bestiarios manuscritos están escritos en Latín, que en la Edad Media era la lengua común de los eruditos y los clérigos; pero hay muchos también escritos en lenguas vernáculas, principalmente el francés. El bestiario en latín fue principalmente un producto de Inglaterra, aunque unos pocos se escribieron en otras partes, como Francia. Sus autores o compiladores son desconocidos, pero hay varios grupos distintivos o "familias" de manuscritos. En Francia, aparecieron varios bestiarios vernáculos, en varios dialectos de lo que ahora es el idioma francés, y en estos casos el autor por lo general nos da su nombre. Gervaise escribió su "Bestiaire" en el dialecto normando aproximadamente a comienzos del siglo XIII, igual que Guillaume le Clerc; Philippe de Thaon escribió un bestiario en dialecto anglo-normando alrededor del año 1121. A principios del siglo XIII, Pierre de Beauvois escribió sus dos versiones de un "Bestiaire" francés en prosa. Todavía se conservan varias copias de los bestiarios franceses.


En los siglos XIII y XIV apareció una serie de enciclopedias, de escritores como Jacbo van Maerlant, Konrad von Megenberg, Thomas de Cantimpré, Labert de Saint-Omer, Bartholomeus Angelicus, y Hrabanus Maurus, entre otros. Estos textos no son bestiarios; si bien normalmente contienen algunos materiales de bestiarios, por lo general no los usan alegóricamente. Todos tienen secciones sobre bestias, pájaros, peces y serpientes, pero también cubre el rango completo del conocimiento de aquella época, en categorías que hoy las reconocemos como teología, filosofía, medicina, astronomía, cronología, zoología, botánica, geografía y mineralogía. Los autores de las enciclopedias copiaban materiales de otros autores, y de enciclopedistas anteriores como Isidoro de Sevilla y Plinio el Viejo, así como también de Aristóteles, Ptolomeo y muchos otros. Las enciclopedias, escritas en latín, en alemán, y en francés, eran muy populares; todavía se conservan cientos de copias manuscritas.

Una parte de la tradición medieval no era religiosa del todo, aunque tenía a veces un mensaje moral. Las fábulas de Esopo eran muy bien conocidas, al igual que muchas otras fábulas moralizadoras que involucraban animales. Una de las series de fábulas más populares era la de Reynard el Zorro, la figura "tramposa" de la Edad Media. Reynard ciertamente no era ningún ejemplo de vida correcta; las historias lo presentan como un intrigante, un mentiroso, un ladrón y un asesino, pero siempre al final se sale con la suya, por lo general a un alto costo para los que lo rodean. Las historias de Reynard eran particularmente populares en los Países Bajos, Alemania y Francia, donde se produjeron algunas versiones vernáculas.

Fuente: The Medieval Bestiary: Animals in the Middle Ages
véase el art. en: http://bestiary.ca/


Algunas bestias

Pelícano
Nombre latino: Pelicanus
Otros nombres: Honocrotalus

Revive a sus jóvenes muertos con su propia sangre.

























Hoopoe
Nombre latino: Hupupa
Otros nombres: Epopus, Hupe,
Hupelot, Upupa
Los más jóvenes cuidan de sus
familiares mayores.
















Paloma
Nombre latino: Columba
Otros nombres: Colum, Coulumpe,
Coulon, Culvour.
Hay un significado según cada color de las palomas.








Dragón
Nombre latino: Drago
La serpiente más grande sobre la Tierra.






















Peridexion
Nombre latino: Peredixion
Otros nombres: Circa dexteram, Environ destre, Paradixion, Pendens, Perindens
Un árbol en la India que atrae a las palomas y repele a los dragones.













Aguila
Nombre latino: Aquila
Otros nombres: Aigle, Aille, Aisgle, Aygle, Égle
Tiene ojos tan fuertes que puede mirar al sol directamente.